Tasmania, un tesoro escondido

El fin de semana pasado, aprovechando que era festivo en Melbourne por la Melbourne Cup (famosa carrera de caballos), me hice la maleta y salí volando hacia Tasmania. Llevaba mucho tiempo queriendo ir e investigando acerca de este pequeño paraíso, así que mis expectativas eran bastante altas. He estado en muchos sitios increíbles en mis dos años y medio en Australia y pensaba que ya pocas cosas podrían sorprenderme, pero Tassie claramente lo ha hecho.

 

Tasmania - Wineglass

 

Mi recorrido comenzó a las 7 am del domingo. El mayor miedo era el tiempo, porque normalmente es un poco inestable y hace bastante frío, pero afortunadamente el sol nos acompañó durante 3 días completos! Nada más aterrizar en Hobart, alquilamos un coche (sin coche en Tasmania es bastante complicado moverse) y nos fuimos directos a Wineglass Bay. Agua, crema solar, comida, mochila al hombro, y directos empezamos el recorrido de 11k que rodea la bahía. Por el camino unos cuantos turistas, aire puro, y lo mejor de todo, un wallabie super friendly que se dejaba acariciar por todos!

 

Tasmania

 

Después de la subida al mirador donde pierdes el aliento por primera vez (por las vistas y por la inclinación de la montaña), seguimos hacia la playa y aquí fue donde empezó lo bueno. Durante 10km estuvimos descubriendo algunas de las playas más increíbles del mundo, andando con el océano a un lado y con la montaña al otro. Simplemente espectacular.

 

TASMANIA

 

La siguiente aventura fue Bay of Fires – la bahía de los fuegos. Por supuesto, entendimos el nombre nada más llegar. La costa, con arena blanca preciosa, está repleta de rocas gigantes con un color naranja que las hace únicas. El contraste del verde de los árboles, el blanco de la arena, el naranja de las rocas y el azul del cielo y del mar es absolutamente incomparable. Una de las sensaciones que no olvidaré es la grandeza que sientes al ver esos paisajes.

 

Bay of fires TASMANIA

 

La última noche dormimos en Launceston y partimos pronto por la mañana de vuelta a Hobart a subir el Mount Wellington. Había que contrastar un poco playas espectaculares con paisajes montañosos! Tardamos aproximadamente 3.5 en subir y bajar, y una vez más, el recorrido fue una combinación de vistas impresionantes a la ciudad, aire puro, animales salvajes y una preciosa sensación de libertad y gratitud.

 

TASMANIA

 

La verdad es que fue una escapada fugaz de sólo 3 días, y todavía hay muchas gemas en Tasmania que me quedan por descubrir como Cradle Mountain. Pero me alegra que sea así porque no me cabe duda de que volveré pronto.

Una vez más, como cada vez que vuelvo a casa después de cada viaje en Australia, me siento inmensamente afortunada de haber visto lo que mis ojos han visto y de poder decir que vivo, trabajo y estudio en el mejor país del mundo!!

Elena Devís.